La televisión a menudo actúa como caja de resonancia, amplificando discursos banales y dando pábulo a personajes que por su frivolidad no merecen ninguna de las atenciones que se les prodiga. No obstante, en ocasiones el fenómeno se torna inverso, y es entonces cuando el medio audiovisual se convierte en una trituradora de carne, que arrasa con la reputación, la carrera y el trabajo de gente digna que en algún momento del camino se expuso a la fama y no supo lidiar con las oscuras fuerzas que esta concita.
Esto último es lo que, en mi opinión, le ocurrió a Nacho Sierra, un mediático adiestrador canino que salto a la primera línea televisiva a mediados de los 90. Empezó colaborando en pequeñas secciones de programas como “Vivir vivir “, dirigido por Pepe Navarro, “ o “De domingo a Domingo”, con Belinda Washington, hasta que llegó al cénit con sus apariciones en el “Crónicas Marcianas” de Javier Sardá o su participación en el reality “ La isla de los famosos”. En medio de toda esta vorágine mediática se vio inmerso en un escándalo de tintes bastante chabacanos, cuando junto a su pareja sentimental de aquella época, la modelo María Campoy, tuvo un altercado en el backstage dela Pasarela Cibeles con el “ex-triunfito” David Bustamante y su novia, la “famosa-no-se-sabe-por-qué” Begoña Alonso. La cosa finalmente acabó en los tribunales…
Esto último es lo que, en mi opinión, le ocurrió a Nacho Sierra, un mediático adiestrador canino que salto a la primera línea televisiva a mediados de los 90. Empezó colaborando en pequeñas secciones de programas como “Vivir vivir “, dirigido por Pepe Navarro, “ o “De domingo a Domingo”, con Belinda Washington, hasta que llegó al cénit con sus apariciones en el “Crónicas Marcianas” de Javier Sardá o su participación en el reality “ La isla de los famosos”. En medio de toda esta vorágine mediática se vio inmerso en un escándalo de tintes bastante chabacanos, cuando junto a su pareja sentimental de aquella época, la modelo María Campoy, tuvo un altercado en el backstage de
Nacho Sierra junto a César Millán, otro de los "adiestradores espectáculo" que se ha hecho famoso a través de la pequeña pantalla |
Naturalmente Nacho Sierra no se ha convertido en el clásico “juguete roto” televisivo, ya que tanto su carrera en los medios como su labor profesional, vinculada al adiestramiento canino y al trabajo con animales exóticos, han continuado. Pero sí que es cierto que ese flirteo con la vida de la farándula y el papel couché le ha pasado una gravosa factura, perdiendo el respeto de mucha de la gente más directamente relacionada con el mundo del perro, que a menudo lo caricaturiza y lo tilda de vulgar charlatán, cuando no de “friki” televisivo.