miércoles, 29 de mayo de 2013

Referencias literarias al perro de presa canario en un best seller

Referencias literarias al perro de presa canario en el best seller de Douglas Preston y Lincoln Child     "Naturaleza muerta" ("Still Life with Crows") del año 2003.

No se trata de un texto escrito por cinólogos y es muy inexacto, principalmente porque en general el tipo de "presas" que hay en Estados Unidos a menudo está más cercano del "bandog" que de otra cosa; pero resulta interesante comprobar cómo el sello o marca "presa canario" ha calado allende nuestras fronteras y ya está incluso en el lenguaje popular de ciertos sectores del mundo anglosajón:

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-Pues espero que esta vez nos traigan perros de verdad. ¿Los has pedido de la raza especial que críanen Dodge? ¿Aquellos perros españoles que no sé cómo se llaman? 

-Perros de presa canarios -dijo Larssen-. Sí, tranquilo. Me han dicho que aún no estaban entrenados del todo, pero yo he insistido. 

-Perfecto. Ya estoy harto de hacer el tonto con perritos falderos. ¿Quién es el cuidador? " 

(Página 157)


 "(…) 
Hazen siguió a Lefty y su pareja de perros por la pasarela de madera de las cuevas de Kraus. A diferencia de la primera pareja, los perros no solo seguían perfectamente la pista, sino que se pasaban de entusiastas. Constantemente estiraban las correas y querían ir más deprisa, gruñendo desde lo más hondo de sus pechos. A Lefty le costaba controlarlos; trataba de amansarlos con palabras dulces, pero lo arrastraban como a un pelele. Eran unos animales grandes y feísimos, con el culo desproporcionado y salido y unos huevos gigantescos que les colgaban mucho, como a los toros: perros de presa canarios, amaestrados para matar otros perros... o cualquier bicho de dos o cuatro patas. Hazen no habría querido tenerlos en contra, ni siquiera con un par de Winchesters para caza mayor. Observó que los policías también se quedaban a distancia prudencial. Por poco sentido común que tuviera McFelty, se arrodillaría y suplicaría piedad en cuanto viese a aquel par de perrazos.

-¡Sturm! ¡Drang! -gritó Lefty
.
-Pero ¿de dónde salen esos nombres? -preguntó Hazen.

-Ni idea. Se los pone el criador.

-Pues que no corran tanto, que no estamos en Indianápolis.

-¡Sturm! ¡Drang! ¡Tranquilos!

Los perros apenas le prestaron atención. " 

(Páginas 164-165)

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